En "Mamás con talento" deseamos promocionar y contar las experiencias de nuestras mamás ecuatorianas que trabajan en el Ecuador y el exterior, sea trabajando en su hogar o fuera de su hogar.
"Una mamá con talento para los números"
Hoy presentamos la historia de una mamá ecuatoriana, nacida en la ciudad de Guayaquil en el barrio del Suburbio, con 58 años y mamá de cuatro hijos, estudió contabilidad, gracias a la mentalidad progre de su madre y su padre, que apostaron por su educación en una época en la que la educación de la mujer no era el espíritu nacional. Actualmente, trabaja en libre ejercicio de su profesión desde hace 30 años. pero el camino que ha recorrido no ha sido nada fácil.
Tiene cuatro hijos a su cargo a los cuales ha sacado adelante sola, para sobrevivir y sacar adelante a sus hijos no ha vivido sólo de su profesión, ha tenido que emprender realizando varios negocios y también reconoce que ha tenido muchos fracasos económicos.
No se considera una "madre soltera", esa palabra no la representa, jamás se ha a sentido así, ya que considera que la maternidad o paternidad no es un asunto de estado civil, sino que es algo nace del corazón y desde el amor, que ser madre es un regalo.
Argumenta, diciendo textualmente "antes no pensábamos en las dificultades de las mujeres y si las mujeres reclamaban sus derechos era porque que odiaban a los hombres, en nuestra época se asumía con normalidad que las mujeres no estudiaran y no se desarrollaran profesionalmente, que despidieran a una madre trabajadora por salir embarazada, era normal el acoso de los jefes a sus empleadas y eran normales muchas cosas", pero eso no significaba que ella iba a pensar igual o que a sus hijos tendrían que pasar necesidades por la irresponsabilidad de su padre.
A pesar de ello reconoce que en el fondo siempre hay un espíritu de igualdad que no sabe como aflorar. Después de todas las circunstancias adversas tomó la decisión de criar a sus hijos sin distinción de género, en la casa sus cuatro hijos tenían responsabilidades y fregar la casa, hacer la comida o cualquier actividad doméstica no recaía automáticamente en las hijas por el hecho de ser mujeres, jamás permitió que su hijo varón no participe de estas, sin saber que a eso se le llamaba igualdad.
El camino no fue fácil porque cuando sus propias vecinas se enteraron que había encomendado las tareas del hogar a su hijo mayor no faltaron comentarios agresivos que incluso afirmaban que si un hombre desde pequeño cocinaba o limpiaba la casa se iba a convertir en homosexual, pero todo lo nuevo asusta, romper las costumbres para bien también cuesta, hoy ese joven es un ingeniero con una familia maravillosa.
Cuando le preguntamos sobre la manutención de sus hijos, nos comentó que sólo una vez realizó una demanda alimentos, pero la experiencia fue más que desagradable. Acudir ante un Juez para "reclamar" una pensión de alimentos es humillante porque tampoco comprendía porque tenía que reclamar si ella ejercía su maternidad con amor. Una vez delante del juez y con aprobación del Juez, de los abogados y de todo el sistema judicial, permitieron que a manera de defensa el demandado (padre de sus hijos) utilice el recurso de que es una mujer indecente y sin escrúpulos, por eso dudada de la paternidad de sus hijos, la mujer con la que había convivido varios años. Todo eso se permitió porque en aquella época la idea que una mujer pide alimentos para lucrarse. Entonces, el juicio por alimentos se torna en un linchamiento sobre la reputación de mujer y el verdadero propósito se pierde dejando huellas traumáticas para la madres que ya tienen bastantes cargas añadidas.
Cuando le preguntamos sobre la manutención de sus hijos, nos comentó que sólo una vez realizó una demanda alimentos, pero la experiencia fue más que desagradable. Acudir ante un Juez para "reclamar" una pensión de alimentos es humillante porque tampoco comprendía porque tenía que reclamar si ella ejercía su maternidad con amor. Una vez delante del juez y con aprobación del Juez, de los abogados y de todo el sistema judicial, permitieron que a manera de defensa el demandado (padre de sus hijos) utilice el recurso de que es una mujer indecente y sin escrúpulos, por eso dudada de la paternidad de sus hijos, la mujer con la que había convivido varios años. Todo eso se permitió porque en aquella época la idea que una mujer pide alimentos para lucrarse. Entonces, el juicio por alimentos se torna en un linchamiento sobre la reputación de mujer y el verdadero propósito se pierde dejando huellas traumáticas para la madres que ya tienen bastantes cargas añadidas.
Finalmente, nos cuenta que sus hijos son su mayor recompensa. Que a pesar de que en muchas ocasiones ha tenido que dejar a sus hijos mayores a cargo de los más pequeños para poder ir a trabajar valió la pena porque ahora que son mayores todos apreciaran el trabajo, los estudios y la familia. Su único sueño era convertir a sus hijos en profesionales así como sus padres lo hicieron con ella y el verdadero regalo es que pudo realizar su sueño.
Después de conversar con ella, pensamos que su historia no se trata de un caso aislado, que todos hemos visto o vivido una historia parecida. Es como si el mero hecho de ser madre en solitario te hace vulnerable pero una vulnerabilidad merecida y por eso a nadie le interesa, no se piensan en soluciones para cambiar estas realidades o para hacer el camino más fácil a las madres que transitan por la maternidad solas.
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